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Aprendiza de Luna

by Silvia Palumbo

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1.
1-Mujer de tierra firme Silvia Palumbo Soy pequeña se me ha escapado el mar y me he quedado a orillas del verano. Soy pequeña nadie me ve caracola tal vez en la arena. Soy pequeña ajena en las alturas sopla un viento que no encuentra mi cuerpo. Soy pequeña nunca volé gaviota tal vez en un puerto. A veces navego un sueño de tierra firme prefiero irme con los ojos cargados de agua y otro aire que canta cantando en mi boca. Soy pequeña creciente en la noche cuando al fin agua y cielo se confunden. Soy pequeña el mundo no es más que el envés de mis sueños.
2.
2-De cuna y madre Silvia Palumbo Yo me persigo escribo la historia que adeudo conmigo. Nombro detalles tu rara armonía de madre dormida. Yo me castigo cantarte es la excusa del llanto rendido. Silencio de siesta anuncia tu boca de risa dormida. Madura mi frente En tu sueño Apenas dichoso Y pequeño. Yo que soy hija Acuno tus ratos Robados Para soñar. Descarto que puedas Andar nuevos días Sin estas horas Dormida. Tan sola Te fuiste quedando Que acuno tus senos Resecos. Y madre soy De tus deseos De niña detrás De tus párpados.-
3.
3- Cuánto Trabajo Gloria Martín La vi quedarse sola de par en par abierta la puerta de los años la vi saberse bella la vi quedarse sola con cuatro hijos a cuesta. Cuánto trabajo para una mujer saber quedarse sola y envejecer. La vi doblar despacio su soledad derecha la vi meter el hombro sin bajar la cabeza y colocar sudores con nombre y con fecha. Cuánto trabajo para una mujer saber quedarse sola y envejecer. La vi quemar el agua la vi mojar el fuego le vi crecer las manos velando nuestros sueños. Mi madre fue mi padre, mi voz y mi alimento. Cuánto trabajo para una mujer saber quedarse sola y envejecer.
4.
4-La bella durmiente Claudia Csornyei / Silvia Palumbo La bella durmiente conoce el bosque casi de memoria. Ahora duerme pero hubo tiempos de vigilia permanente a la orilla del canto de algún río o en el frágil temblor de las estrellas. Ahora duerme pero hubo tiempos de ensueño con la mirada abierta al horizonte de su vida más ancha que el vuelo de las aves. Otros tiempos vinieron de saqueo y casi de memoria la princesa olvidó el bosque la secreta certeza de ser ella. La bella durmiente conoce la historia casi de memoria y no espera el beso de ningún príncipe porque desde siempre ha estado... despierta.
5.
Caracola 02:55
5- Caracola Silvia Palumbo Se asomó con el disparo que hizo centro en su costado. Cuando salió no imaginó qué pequeña era su casa apenas un caracol. Fue el disparo una señal y todo el cuerpo ya se negaba a protegerse. Quería más y más disparos si la vida era nada el sentido estaba allí. Sobre su pecho un disparo y la sangre pero la muerte ni la rozó. Dejó su casa apasionada caracola apasionada caracolita. Con el disparo del amor por fin para vivir.
6.
Promesa 02:56
6-Promesa Silvia Palumbo Virgencita de Luján ayudame por favor a curarme de una vez. Virgencita, creo en vos pero no puedo esperar ya no hay tiempo que perder. Arrancame sin dudar estos malos sentimientos que enloquecen todo mi cuerpo y si vos me ayudás a sanar mi "enfermedad" yo te prometo virgencita... Seré buena como recién nacida sin pecado concebida sin el mal y sin memoria sin cuerpo y sin mi historia. Y la virgen no cumplió. Yo seguí siendo una "enferma" no aprendí a amar a un hombre ni a decir... "gracias a Dios". No soy buena ni recién nacida, recuerdo cada día y los pecados se me olvidan. El "mal" no está en mi cuerpo tampoco en mi memoria ni por todos los milagros, santa, te entrego mi historia. Virgencita, nada te prometo nada te pido, nada te pido nada te prometo nada te pido, nada te pido nada te prometo, nada te pido.
7.
7-Bruja de Galicia Silvia Palumbo Meiga desde tus ojos mi vida es nueva. Meiga desde tu cuerpo dibujo el mundo. Desde la noche de tus abuelas me has hechizado con tus caderas. Ay de mí. Soy aprendiza de luna siempre menguando por miedo me cuesta alumbrar un camino que me haga feliz. Meiga en un bolero triste he caído Meiga no soy tan fuerte ni tan amante. Sólo las brujas saben de amores atravesados por escorpiones. Ay de mí. Soy aprendiza de luna siempre menguando por miedo me cuesta alumbrar un camino que me haga feliz. Meiga desde tus ojos.
8.
8- Canción inconclusa Silvia Palumbo Una pintaba coraje matando los males en lengua cantada cigarra. La otra habitaba en silencio un solo camino de hormiga cuidando el destino. Una volaba de punta con verso y guitarra olvidando el detalle del calendario. La otra cumplía los sueños de una primero y siempre los propios no eran por miedo. Una y la otra muy juntas un solo deseo la cama tan grande y la soledad. Una cigarra de cuentos pensaba de pronto si hiciera de hormiga un intento. La otra hormiga y no tanto pensaba a menudo lanzarse en un canto brutal y desnudo. Una y la otra tan juntas que acaso el deseo... Una y la otra tan juntas que acaso el deseo fundara el espacio en otro lugar...
9.
9-Constante de amor Silvia Palumbo Quién dijo que no te he amado quién dice que no te amo. Acaso esa manera tan dispersa de quererte con reserva con el miedo y con miserias fue también amor. Acaso nunca tuve la receta nunca pude ser concreta las palabras son tan serias para hablar de amor. Un amor gris desesperado sin código social ni entrada triunfal. Quién dijo que no te he amado quién dice que no te amo. En la puerta de tu casa he dejado mis sueños y mi contradicción, he dejado mis sueños y mi contradicción. Quién dijo que no te he amado...
10.
10-Tortas de miel Silvia Palumbo Voy a contarles una historia de verdad aunque no exista en tantos libros bien dotados y no sea dicha en alguna fantasía para aliviar protagonistas escondidas. Mienten y callan verdades borran las letras con cualquier pretexto. Juana supuso que era por la edad encariñarse de ese modo con Julieta al fin de cuenta eran sesenta nada más y cada día la encontraba más despierta. Julieta rara una noche dijo adiós a ese hombre que le dieron por marido tomó el camino atravesada por la luna hasta la casa de su bien amada Juana. Duerme, mujer, tus sentires que viene el diablo y te come el sexo. Corrió la voz como el pampero en esas tierras Juana, la viuda, y la señora del Tomás las dos juntaron sus deseos tan guardados entre las ollas y las tablas de amasar. Voy a omitir maldecidos disparates y las venganzas juradas por pecar lo cierto es que Juanita y Julieta no se fugaron ni dejaron de cantar. Despierta, mujer, en mis senos despierta, yo estoy en los tuyos que a este mundo le falta alguien que le haga barullo Corrió la voz que en cada primavera se impregna el aire de un aroma tan dulzón tortas de miel amasadas en las siestas tortas de miel para entonar el corazón.
11.
11 Reflejo en el mar Silvia Palumbo Sombras en el mar que se alejan por las dudas mete tanto miedo tremenda cultura. Sólo en la noche hay un baile que perdura ba... llena va llena la barca va cargando su arpón de odios maremoto de miserias. Sombras tan inmersas no tienen donde esconderse. Ley de tierra firme no hay cómo defenderse. Sólo en la noche hay un baile que perdura Ba... llena va llenándose la barca va apagando el canto del asombro la inocencia está demás. Ba... llena reflejo en el mar de tanta pena sólo en la noche hay un baile que perdura. Sólo en la noche hay un baile... posible.
12.
12- Ceño fruncido Cecilia Lovizio/Silvia Palumbo Ceño fruncido y taconeando viene la negra por la avenida y ‘ta enojada mulata brava y ‘ta enojada mulata brava. Trae la fuerza de un candombe mueve caderas a cada paso y ningún hombre puede creer y ningún hombre puede creer. Le dicen cosas lindas y feas pero la negra no oye ni ve tiene motivo ceño fruncido tiene motivo ceño fruncido. Es que una noche a eso ‘e las tres llegó corriendo un morenito y toda la villa se despertó. Es que el muchacho gritaba tanto que hasta el más sordo lo escuchó. Al hijo más chico de esa negraza al que tenía apenas dieciséis una patota de uniformados esa noche misma se lo llevó. Le dieron palo y machetazo pero el Juan no se quejó el morenito ‘taba escondido de atrás de un todo lo vió y escuchaba que el Juan gritaba ¡Viva, Perón! ‘Ta que lo parió. Y va la negra por la avenida ceño fruncido y taconeando y ‘ta enojada por su cachorro y tiene uña mulata brava. Cuídense todos uniformados que ya pasaron muchos años y ahora la negra no tiene lágrimas pero las uñas se le han crecido. Y allá viene abriendo paso con la columna ‘e cabezas blancas viene gritando mulata brava pide justicia llena ‘e venganza. Ceño fruncido y taconeando Ceño fruncido y taconeando.
13.
13- Sirenas del Río de la Plata Silvia Palumbo Ellas no se menean para los hombres que están afuera. Tienen el cuerpo entero comprometido a sueños nuevos. Y yo me duermo tan tranquila cuando ellas cantan encendidas. Ellas tejen el coro de las cansadas de andar calladas. Paganas sin religiones no se percatan de los sermones. Y yo me quedo tan tranquila cuando las veo en las esquinas. Pueden ser amazonas de ciudad sirenas del río del Río de la Plata el de la mugre y la desgracia. Ellas tan descreídas de tanta historia muy mal vendida. Sensibles a malos tiempos ponen sus pechos en movimiento. Y yo me duermo tan tranquila cuando ellas cantan encendidas. Ellas son tan lejanas a las vidrieras predestinadas. Dibujan en cada día otro contorno para mi vida. Y yo me quedo tan tranquila cuando las veo en las esquinas. Pueden ser amazonas de ciudad sirenas del río del Río de la Plata el de la mugre y la desgracia 13- Sirenas del Río de la Plata Silvia Palumbo Ellas no se menean para los hombres que están afuera. Tienen el cuerpo entero comprometido a sueños nuevos. Y yo me duermo tan tranquila cuando ellas cantan encendidas. Ellas tejen el coro de las cansadas de andar calladas. Paganas sin religiones no se percatan de los sermones. Y yo me quedo tan tranquila cuando las veo en las esquinas. Pueden ser amazonas de ciudad sirenas del río del Río de la Plata el de la mugre y la desgracia. Ellas tan descreídas de tanta historia muy mal vendida. Sensibles a malos tiempos ponen sus pechos en movimiento. Y yo me duermo tan tranquila cuando ellas cantan encendidas. Ellas son tan lejanas a las vidrieras predestinadas. Dibujan en cada día otro contorno para mi vida. Y yo me quedo tan tranquila cuando las veo en las esquinas. Pueden ser amazonas de ciudad sirenas del río del Río de la Plata el de la mugre y la desgracia

about

Primer album de autora de esta cantautora lesbiana feminista de Argentina, autogestiva y autónoma.

credits

released November 11, 2002

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Silvia Palumbo Balneario Pehuén Có, Argentina

Silvia Palumbo, cantautora , música, tambora y formadora musical-escénica feminista.nacida en 1963 en la ciudad de Lincoln, Pcia Bs As, Argentina

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